Hace 34 años aprendí algo asombroso en un libro de Yoga que abrí por casualidad. Entre todas las extrañas y difíciles posturas que traía veníaésta. muy sencilla. El pie de figura decía “Esta es la forma más natural y saludable de realizar nuestras funciones corporales”.
Fue un shock. Pero el concepto resultaba atractivo para la ironía y la no conformidad de mis veinte años. Inmediatamente adopté el método, y durante los siguientes 34 años he continuado gozando de sus beneficios.
El tema era, por supuesto, imposible de mencionar, así que por más que hubiera querido ayudar a otras personas a evitar su diaria lucha en el “trono de porcelana” nunca mencioné mi secreto a nadie. Yo tenía mi propia vida que vivir y me resigné al hecho de que esa ignorancia simplemente tenía que continuar, generación tras generación. En realidad no sabía lo que iba a pasar.
28 años después de mi descubrimiento comencé a pensar que ya “había llegado el momento de compartirlo con el mundo”. Como medio de divulgación del conocimiento se me ocurrió crear un dispositivo que convirtiera un inodoro convencional de asiento a uno para ser empleado en cuclillas. No tenía experiencia en inventar cosas, ni tampoco inclinación hacia el mundo de los negocios, pero no me podía desprender de la idea de que debía cumplir esta misión.
No supe por qué esto era tan importante sino hasta mucho después. Cuando finalmente comencé a comercializar el producto, busqué en Internet y en bibliotecas las investigaciones existentes sobre los beneficios de la postura en cuclillas. Cada nuevo día traía una revelación del daño causado por los cómodos modernos. La postura en cuclillas parecía ser la “Piedra de Rosetta” que resolvía muchos misterios, que por décadas habían desconcertado a la profesión médica. Los médicos habían andado a tientas buscando la causa de todos los trastornos de colon, vejiga y próstata que, por alguna “extraña” razón no ocurrían en el mundo subdesarrollado.
Estudié con cuidado la anatomía, la historia y la epidemiología de cada enfermedad. Fuera mortal como la apendicitis o el cáncer de colon, o algo meramente molesto, como la incontinencia de vejiga o las hemorroides, la conclusión era inevitable: cada una de las enfermedades se podía conectar con los daños acumulativos causados por un aberrante método de evacuación.
Como un ejemplo, considérese la historia de la apendicitis. Antes de que los inodoros de asiento se hicieran de uso común a mediados del Siglo XIX, la enfermedad era desconocida, y ni siquiera tenía nombre. En 1886 el profesor de Harvard, Reginald Heber Fitz, acuñó el término “apendicitis”. También fue el primero en recomendar la extirpación inmediata de un apéndice inflamado.
En la actualidad se realizan 40,000 apendicectomías al año en Estados Unidos, tan sólo para prevenir la apendicitis. No obstante, el 7% de la población contraerá la enfermedad. Entre las poblaciones que usan la postura en cuclillas, la apendicitis es prácticamente desconocida.
¿Cómo es que el cómodo moderno causa apendicitis? El apéndice está unido a una parte del colon que no se puede vaciar mientras se está sentado. Los desechos se quedan en el apéndice, y allí se estancan y forman un caldo de cultivo para bacterias virulentas. El apéndice se infecta y se inflama. Si revienta, el resultado muchas veces es fatal.
En forma similar, analicé otras nueve enfermedades comunes y llegué a la misma conclusión. Todas se debían a uno de dos problemas causados por el uso prolongado de los inodoros de asiento. El primero es el “estancamiento fecal”. Los desechos no se pueden expulsar por complete en la posición sentada, por lo que se estancan y solidifican. Los tejidos de la pared del colon se sofocan y se vuelven vulnerables al cáncer y a la enfermedad inflamatoria de los intestinos.
El segundo problema es el daño a los nervios pélvicos causado por el esfuerzo crónico en el inodoro. Esta lesión es la responsable de los trastornos de próstata y vejiga que han alcanzado proporciones epidémicas en nuestra sociedad.
A medida que mi investigación progresaba, me sentía como fiscal que armaba un caso en contra del mejor y más cercano amigo de todos los miembros del jurado. A primera vista los cargos parecían absurdos, como si fuera una mala broma. Y el tema mismo es algo sobre lo que la mayoría ni siquiera desea pensar. Romper ese tabú era un gran desafío, pero me reconfortaron las palabras del reconocido juez Louis Brandeis, quien dijo que “Un poco de luz de Sol es el mejor desinfectante”.
Reuní toda la evidencia y la puse en un sitio Web, añadiendo y revisando constantemente a medida que había más información. Hice contacto con cientos de médicos para darles las buenas noticias, pero con raras excepciones, su respuesta fue un absoluto silencio. Una médica me dijo que estaba completamente convencida, pero que nunca le recomendaría a sus pacientes la postura en cuclillas por temor a perder su licencia profesional.
Se me hizo claro que millones de personas en todo el mundo sufren innecesariamente y mueren prematuramente por la ignorancia de la profesión médica, y que mi descubrimiento casual de hace 34 años no fue un accidente, sino parte del plan cósmico para devolver a la Humanidad su estado natural de salud.
YA ES OFICIAL. Reconocido nada menos que por la Oficina de Patentes de Estados Unidos, Boone tiene un residente que realmente sabe lo que es la postura en cuclillas.
En julio, el inventor local Jonathan Isbit recibió la patente núm. 6,256,800 por una invención que asegura puede evitar algunos serios problemas de salud. El invento permite que un inodoro de asiento convencional pueda ser empleado en la postura en cuclillas.
Isbit cita amplias investigaciones médicas para indicar que el invento puede ayudar a prevenir las hemorroides, el cáncer de colon y otros trastornos gastrointestinales comunes.
"El ochenta por ciento de los tumores de colon ocurren en el sigmoide y el ciego, las dos áreas que no se vacían por completo en la posición sentada", dice Isbit. "Los médicos saben que el estancamiento fecal es una de las causas del cáncer de colon. La postura en cuclillas, empleada por dos terceras partes de la población mundial, es mucho más efectiva".
Isbit dijo que muchas autoridades médicas consideran que el uso de la posición sentada para la eliminación es una novedad insalubre y antinatural, que únicamente ha existido durante los últimos 150 años. "Siento que tengo la misión de finalmente exponer un error de 150 años", dijo.
La creación de su invento fue una labor de amor. Protegerlo mediante una patente no fue tan difícil como le habían hecho creer. Isbit realizó casi todo el proceso de la solicitud de la patente sin la ayuda de un abogado especialista. "Un redactor profesional de patentes preparó la descripción pero yo la revisé completamente, reemplazando todas las referencias explícitas por eufemismos y añadiendo un análisis de los beneficios para la salud".
Dijo que un amigo le hizo los diagramas de ingeniería, y que él se encargó de contestar los alegatos de un perito acerca de que la Plataforma Natural era similar a otro dispositivo. Isbit explicó que el otro dispositivo simplemente levantaba los pies del usuario sentado en el inodoro, quitando algo de la presión, pero no toda. La diferencia importante entre los dos dispositivos, según dijo, es que la Plataforma Natural hace que todo el peso del cuerpo descanse en los pies, alineando correctamente los intestinos y el colon.
Eso convenció al perito y se le adjudicó la patente.
"Espero que (la Plataforma) se vuelva obsoleta. Quisiera vender miles y luego millones en América y Europa, y que los fabricantes de inodoros los rediseñen para permitir la postura en cuclillas".
No se trata de un asunto nuevo de salud o de claridad. Isbit dijo que descubrió esta posición hace 30 años luego de leer un libro de Yoga. "Había una foto de un yoghi en esa postura, junto con una explicación. Llevo 30 años haciéndolo y quiero comunicar esa idea. En nuestra cultura actual, si uno no tiene algo útil para vender, la gente no escucha". Isbit, de 51 años de edad, se dedicaba a la programación de computadoras y dijo que escribió el primer juego comercial de Scrabble por computadora.
Obtuvo la licenciatura en Ciencias de la Computación por la Universidad Rutgers en 1976. Como practicaba Yoga y Meditación Trascendental, se cambió al Condado de Boone en 1996 para trabajar en el complejo turístico de Heavenly Mountain como programador.
En 1998, su búsqueda de una postura más sana y su investigación sobre las aseveraciones de la Yoga lo llevó al diseño y el desarrollo de los primeros prototipos de la Plataforma Natural. Dijo que sus primeros sujetos de prueba fueron compañeros de meditación del Condado de Boone y de otras partes del país. "Eran receptivos a los conceptos de la Yoga", dijo. "Les encantó. El principal problema fue hacer que me devolvieran los prototipos".
Isbit cita un estudio acerca de 20 pacientes con hemorroides severas. Según esa investigación, publicada en la Revista Israelí de Ciencias Médicas, todos los pacientes habían usado tratamientos convencionales con poco o ningún resultado. Luego les indicaron cambiarse a la postura natural en cuclillas, y entre pocos días y algunos meses, 18 de los 20 pacientes perdieron los síntomas de hemorroides.
"Esta es un área de la vida que a nadie le gusta analizar, por razones obvias", dijo Isbit. "Pero esa es precisamente la razón de que esta ignorancia haya persistido. Antes de los años 1850, todo mundo empleaba la postura en cuclillas. Pero luego se creó el ‘trono de porcelana para que los aristócratas usaran una postura más ‘digna'.
“Nadie se atrevió a oponerse por temor al ridículo o a quedar asociado con un tema poco delicado. Así, como en la fábula del emperador desnudo, se aceptó tácitamente, dejando una herencia de problemas de salud que nos persigue hasta la fecha.
"La posición auténtica en cuclillas, empleada en todo el mundo, pone todo el peso del cuerpo en los pies. La Plataforma Natural es el único producto en el mercado que permite el uso de esta postura en un inodoro ordinario. Puede incluso ser usada por quienes se consideran incapaces de ponerse en cuclillas".
Luego de diseñar la Plataforma Natural, Isbit encontró artesanos para fabricarla. El producto es manufacturado por carpinteros y trabajadores de metal locales en Carolina del Norte. Dijo que deseaba hacer el producto ligero, conveniente y fácil de usar, y que le preocupaba que no todos los miembros de la familia, o sus invitados, quisieran usar la Plataforma.
El primer desafío de ingeniería fue hacerla fácil de ensamblar y guardar. La Plataforma se puede quitar y poner en cuestión de segundos. Es lo suficientemente delgada como para guardarla junto a un inodoro estándar, y adecuadamente fuerte como para soportar a una persona de 140 Kg (300 libras). Isbit demostró la posición correcta de la Plataforma Natural subiéndose fácil y rápidamente a ella. Y sí, se puede leer una revista o el periódico en esta posición.
Isbit necesitaba hacer pública la voz y en junio comenzó a anunciarse en las revistas "Yoga Magazine", "Natural Health" y "Vegetarian Magazine". Poco a poco los pedidos comenzaron a llegar. Desde junio se han vendido 73 plataformas [el artículo es de julio 30 de 2001], y la compañía recibe uno o dos pedidos diarios.
Después de perfeccionar su prototipo y encontrar un fabricante, Isbit buscó, sin éxito, inversionistas. Financió su operación con sus ahorros y con préstamos, y dijo que ahora que se están comenzando a vender ya los puede pagar. Ahora está considerando modificaciones para modelos futuros: un sistema de escalones y manijas para ayudar a los ancianos o a los minusválidos a subirse a la Plataforma.
La Plataforma Natural recibe pedidos en Internet en la dirección www.NaturesPlatform.com y envía el producto a sus clientes en Estados Unidos y Canadá. También se les puede llamar al teléfono (828) 297-7561.
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